Hoy se cumplen cuatro meses de la presentación pública de Unión Flamenca, una entidad que nacía en plena pandemia del COVID-19 para “dar voz al colectivo profesional flamenco y, a través de la creación de un marco jurídico, trabajar en la dignificación de quienes trabajan en este sector económico”. Por eso, la asociación de artistas profesionales del flamenco ha querido evaluar estos estos meses que, en palabras de su director José Cepero, “han sido muy intensos y difíciles como todos los comienzos” pero han sembrado las bases de un proyecto “que era necesario emprender ya”.
Según Cepero, al aluvión de consultas en materia jurídica de las primeras semanas y la definición de la hoja de ruta institucional “se sumó la dificultad añadida de no poder reunirnos físicamente ni trabajar en el mismo espacio con el resto del equipo”. Por todo ello, explica el abogado, “todo se complicó muchísimo porque además el colectivo llevaba años esperando la creación de una entidad que les protegiera”.
A nivel jurídico, durante estos meses Unión Flamenca ha atendido más de 300 consultas por teléfono y a través del correo electrónico, lo que pone de manifiesto “la necesidad que existía entre los profesionales del flamenco de contar con asesoramiento laboral y fiscal”, ha concretado Cepero.
El área jurídica de Unión Flamenca también ha elaborado el documento “Modificaciones legales y medidas urgentes para el flamenco: una nueva regulación fiscal y laboral para la supervivencia de este sector económico”. El texto, que analiza la situación del colectivo de artistas profesionales del flamenco, propone cinco bloques de medidas legales a nivel laboral y fiscal para la mejora de este sector económico a través de la creación de la Mesa Permanente del Flamenco.
Pero, según Cepero, una de las acciones más exitosas han sido las Mesas Sectoriales del Flamenco que la entidad ha celebrado en Jerez, Sevilla, Granada y Málaga y a las que acudieron más de 200 artistas profesionales que les trasladaron “de viva voz sus principales reivindicaciones, preocupaciones y dudas”, ha explicado el director de la entidad. A raíz de estas Mesas Sectoriales, conocieron la realidad de los artistas que trabajan en muchos de los tablaos, denunciando su situación y poniéndose en contacto con el sector empresarial para regularizar “prácticas como los pagos en B que se llevan produciendo años”.
El director de Unión Flamenca considera que el trabajo institucional ha sido uno de los más duros porque “el flamenco no contaba con una organización que le representara frente a entidades públicas o privadas y había sido ignorado históricamente”. Por eso la entidad ha tenido que seguir una estrategia de comunicación y visibilización de la que, afirman, se sienten “orgullosos porque ya no somos invisibles y contamos con una voz en instituciones, sector privado y medios de comunicación”.
En estos cuatro meses, Unión Flamenca ha comenzado a trabajar con diversas organizaciones privadas como la Fundación Cristina Heeren; se ha coordinado con otras entidades como la Fundación María Pagés, la Asociación de Festivales de Flamenco y la Asociación de Productores y ha establecido lazos de comunicación con algunos empresarios de los tablaos.
En lo que se refiere al ámbito público, la asociación de artistas profesionales del flamenco ha mantenido reuniones y trabajado con administraciones y representantes públicos entre los que se encuentran la Casa Real; el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y la consejera de Cultura andaluza, Patricia del Pozo; el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes; el secretario federal ejecutivo de Cultura y Deportes del PSOE, Ibán García; la concejala y portavoz de Cultura, Deporte y Turismo en el Ayuntamiento de Madrid, Mar Espinar, o el Ayuntamiento de Utrera.
Asimismo, Unión Flamenca ha enviado el documento «Modificaciones legales y medidas urgentes para el flamenco: una nueva regulación fiscal y laboral para la supervivencia de este sector económico» a las administraciones pertinentes: ministerios de Cultura y Deporte; Industria, Comercio y Turismo; Trabajo y Economía Social; Hacienda; Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y, a la presidencia de la Junta de Andalucía así como a la consejería de Cultura.
Este documento persigue tres objetivos: fomentar la creación flamenca –o materia prima–; procurar el sostenimiento estable, seguro y protegido de quienes trabajan en el flamenco –o mano de obra– e incentivar la contratación del producto o servicio. Y todo ello, a través de la Mesa Permanente del Flamenco, un órgano mixto, multisectorial y transversal en el que estén presentes las administraciones públicas competentes y Unión Flamenca para analizar en profundidad el sector, concretar su realidad y la de las personas que lo integran y crear un marco regulatorio “que dignifique esta profesión y defienda a quienes la integran”.
Tras considerar que “la evaluación de estos cuatro meses es positiva porque hemos puesto los cimientos necesarios para seguir trabajando” el director de Unión Flamenca considera que el futuro de Unión Flamenca pasa por que el colectivo de artistas tome conciencia de la importancia de asociarse para que, en palabras de Cepero, “contemos con la estructura necesaria para seguir trabajando en esta línea”. De hecho, la agenda de Unión Flamenca para septiembre contempla seguir trabajando institucionalmente, “celebrar las Mesas Sectoriales del Flamenco en Madrid y Barcelona, reunirnos con los tablaos que han respondido a nuestra convocatoria y, si el COVID-19 lo permite, organizar la primera Asamblea General de Unión Flamenca”, ha explicado.
Por otra parte, el director ha insistido en que hay mucho trabajo por hacer en otros temas como el de la formación y la educación. Para ello ya han previsto la creación de un área específica en la entidad que se encargue de la formación reglada, la inclusión del flamenco en las escuelas y estudie la regulación de las academias.
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